lunes, 21 de septiembre de 2009

CaPiTuLo 3

en que piensas bella-vi salir a Heidi detrás de una de las tantas armaduras de este fúnebre castillo
-en todo y en nada- sonreí de lado lo que ella solo se encogió de hombros
-iré a pasear esta noche Aro y los demás están sedientos, quieres ir en busca del desayuno de mañana o es que prefieres quedarte a deambular por el castillo contando estatuas o mejor aun aburrirte escuchando como es derrotado Demetri por Jane
-intentara de nuevo vencer a Jane?- pregunte incrédula, siempre era derrotado, pero aun así no se daba por vencido, el insistía que lograría poner una barrera en su mente impidiendo que Jane lo derrotara, absurdo
-sabes lo estúpido que es, vienes?
-no puedo esperar para divertirme un poco- acomode mi ropa y salí junto a Heidi, sé que no me veía ni una quinta parte de bien a comparación de ella, pero no me podía quejar
Paseamos por las calles logramos conseguir a varios de los turistas interesados en una visita a primera hora del gran castillo de volterra, interesados en las leyendas de vampiros uno de ellos ansiaba ver los ataúdes, tonto lo sé, pero aun pensaban que dormíamos en ataúdes que hacer para cambiar semejante tontería, aun así era un festín el cual todos nos agradecerían, y puedo decir agradecerían, ya que esta vez el merito no solo era de Heidi, más de la mitad los había logrado convencer yo, entramos en el pasadizo ellos tomaban fotos y yo solo sonreía, estaban maravillados por el pasaje, sin saber que sería lo último que verían.
Al entrar en la sala, ya todos nos esperaban, Jane cerró las puertas y todos eligieron su presa, los gritos se escucharon pero nadie salió con vida, debo ser honesta, me gusta jugar un poco con mi comida, dejo que corra un poco que intente huir pero jamás lograra sobrevivir, auqnue ellos piensan que tienen una oportunidad, como si fuera posible.
-debo felicitarte Heidi un magnifico desayuno
-no me den todo el crédito a mí Marco, esta vez Bella colaboro bastante, debo de decir que tiene tacto y es bastante convincente
-así que no te conformas con ser una de las más fuertes, si no ahora planeas ser también una recolectora
-estaba aburrida- intente no darle tanta importancia al comentario de Cayo
-desde cuando eres modesta
-Solo soy sincera Demetri, además nadie iguala el trabajo de Heidi
Unos días más tarde, me encontraba leyendo un libro de mitos de vampiros, se que suena irónico, pero tenían una colección enorme de ellos, parecía que se divertían leyendo la gran cantidad de tonterías que escribían, como se notaba que no conocían a un vampiro.
-Bella, Aro nos quiere de inmediato en el salón- me levante del sillón ante las palabras de Alec, ambos nos dirigimos hasta donde se encontraba Aro, era extraño que nos mandara llamar con tanta urgencia, o era porque se avecinaba una enorme diversión, con ello me refiero a terminar con algunos vampiros
Al entrar en la sala note su semblante de preocupación gire mi rostro y comprobé que los demás se habían percatado de lo mismo que yo
-que es lo que sucede Aro?
-un nuevo grupo de vampiros está rompiendo con la tranquilidad de Seattle, no los hemos podido localizar, son bastante cuidadosos, así que tendremos que tomar ciertas medidas, no podemos abandonar volterra por tanto tiempo
-y que es lo que proponen, que nos vayamos nosotros-la voz de Jane sono alegre ante la posibilidad
-solo ira uno de ustedes, estará con Carlisle Cullen, el al igual que nosotros está intentando averiguar donde se ocultan- note el desagrado en la voz de Cayo
-los Cullen has dicho- pregunto Jane, no entondia porque causaban tanto revuelo, eran vampiros al igual que nosotros
-si los Cullen
-pero ellos son una vergüenza para nosotros, como pueden confiar en él esto es serio- me extraño que Demetri dijera que eran una vergüenza jamas había escuchado que dijeran eso de alguno vampiros
-son diferentes, niegan lo que son, pero son vampiros, no han hecho nada por lo que deban ser juzgados, cada uno elige su forma de pasar su existencia, ellos eligieron esta
-y cuando parto- todos nos giramos para ver a Demetri quien sonreia
-nadie dijo que serias tu
-pero soy el que mayor experiencia tengo
-pero necesitamos a alguien más fuerte, sin ofender
-si no soy yo quien, Jane?- lo dijo en un gruñido debido a su rechazo
-será Bella
-yo?-no pude evitar sorprenderme, eso es lo que menos me esperaba, sentí la mirada de todos, los ojos de Demetri irradiaban enojo
-ella?, Cayo deben de estar bromeando es joven
-ya hace cerca de 20 años que soy un vampiro-me defendi, a pesar de que sentía temor de ir sola, pero no me gustaba que me subestimaran
-cariño hace cerca de 20 años y yo más de un siglo
-basta de discusiones, la decisión ya fue tomada, ahora prepara tus cosas Bella, partiremos en una hora
-pero por que la eligen a ella realmente
-como lo dije necesitamos a alguien fuerte, y su don es de gran utilidad esta vez ya que es infalible
Salí de la habitación dejando atrás las suplicas de Demetri, sabía que él deseaba impresionar a Cayo, quería dejar de ser uno más y poder llegar a ser más poderoso, que sus ordenes fueran de mayor valor, en cambio yo tenía miedo mejor dicho pavor, jamás había estado sola en un lugar desconocido, quien sabe por cuánto tiempo, pero no podía defraudarlos.
Llegue a mi habitación tomo la mochila y coloque algo de ropa, lo que considere necesario, la cerré y mire por la ventana como el sol se ponía, salí y fui a la sala donde cayo daba órdenes estrictas a Heidi y un Demetri aun molesto, me quede de pie en donde estaba sin apartar la mirada de Demetri, solo me sonrió de lado, se acerco a mi yo me quede rígida no esperaba ese comportamiento por su parte si no todo lo contrario.
-suerte con tus presas y con los Cullen- puso su mano en mi hombro y se marcho con una sonrisa de burla, los Cullen había olvidado ese detalle, había escuchado que los mencionaban algunas veces en mi estancia en aquel castillo jamás los había visto.
Viajamos en un jet privado de Aro, me debatía entre preguntar o no acerca de los Cullen, que era lo que me había querido decir Demetri con suerte con ellos, tan mal era?
-hay algo que quieras saber Bella?
-Aro,es solo que no sé nada de los Cullen y eso me inquieta
-ellos son vampiros, Carlisle es un gran amigo mío desde hace siglos, solo que como sabrás son diferentes, ellos renunciaron a beber sangre de seres humanos y solo se limitan al consumo de sangre de animales
-y yo me quedare con ellos?- estaba dispuesta a quedarme con gente que era completamente extraña pero a lo que no estaba dispuesta era a rebajarme alimentándome a base de animales
-es la opción-interrumpio Marco- tu eres la que estará al pendiente de la situación aquí, mientras nosotros atendemos los problemas que vengan, ni nosotros sabemos cuánto tiempo nos lleve esta situación, pero eres fuerte y sé que podrás con esto.
-pero porque yo?
-querida, es tiempo de que tengas tus propios retos sola
-Aro acaso esto es una prueba?
-prueba?, tendríamos que probarte por alguna razón?-me encogí de hombros
-no es una prueba, solo queremos que te encargues de esto
-Tu nos has demostrado el gran poder que tienes, esa barrera puede ser un arma muy peligrosa, si la combinamos con otro don- las palabras de Aro me dejaron pensando, en verdad podía ser tan peligrosa?
En menos de lo que me había imaginado, ya estábamos dentro de un auto viajando a no sé donde, mi capa me cubría de los rayos del sol, mis gafas evitaban que mis ojos resaltaran y fueran de gran interés para los humanos, bajamos del auto y nos internamos en un bosque corrimos por cerca de una hora hasta que Aro mando detenernos, camino lentamente cruzamos por un rio y frente a mi estaba una enorme casa con finos cristales.
Cuando salimos de entre los arboles, un hombre salió por la puerta seguido por una mujer quien parecía perturbada pero no lo demostraba, sin duda eran vampiros eran los famosos Cullen, no me quite la capucha, vi que Aro lo hacía y se acercaba al hombre con los brazos abiertos
-Carlisle viejo amigo- llego junto a el y estrecho su mano
-Aro que sorpresa verte aquí tan pronto, no te esperaba hoy
-Esme tan bella como recuerdo
-Pasen por favor- nos indico la mujer quien sonrió y se dirigió hacia nosotros, sentí como Marco me daba un empujoncito para que caminara, lo seguí, detrás iban los dos guardias que nos acompañaban.
Entramos en la casa y me percate de que éramos observados por 7 pares de ojos, Marco se quito la capucha y yo hice lo mismo sin quitarme mis gafas.
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